El Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO por sus siglas en inglés) ha descubierto depósitos de hielo seco en el Polo Sur con grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) lo que sugiere que la capa que envuelve a Marte podría haber tenido mayor grosor y polvo en otra época.
“El CO2 de la atmósfera de Marte se concentra de forma cíclica en sus polos y después vuelve a liberarse a la atmósfera en períodos de unos 100.000 años”, explica a SINC Roger J. Phillips, autor principal del estudio e investigador del departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad Washington (EE UU). “En este momento nos encontramos en la mitad del período, con un descenso de la masa polar”.
Hasta ahora, los científicos pensaban que el Polo Sur del planeta rojo estaba formado casi completamente por agua y que una capa de hielo seco formado por dióxido de carbono (CO2) cubría la parte superior. Pero la nueva investigación, que publica Science, revela que esta zona alberga 30 veces más de este tipo de hielo de lo que se pensaba.
Estos datos sugieren que la atmósfera de Marte en otro tiempo fue más gruesa y polvorienta, y que podría haber albergado más agua en estado líquido de la que tiene actualmente.
Cuando el CO2 se libera, coincidiendo con una elevada inclinación axial, sus reservas aumentan la masa atmosférica hasta un 80%, lo que provoca tormentas de polvo más intensas y frecuentes. Además, este fenómeno favorece la creación de más zonas donde el agua en estado líquido se mantiene sin hervir.
El descubrimiento ha sido posible gracias a los datos extraídos por el MRO. El sistema de radar de esta nave ha permitido medir la profundidad y el grosor de los depósitos de hielo, así como confirmar las grandes cantidades de dióxido de carbono atmosférico atrapadas en el hielo.
La atmósfera marciana es muy diferente a la terrestre, donde no se condensa este gas. “La presencia del doble de CO2 en Marte aumenta el efecto invernadero, aunque se compensa con capas polares mayores y más gruesas, que tienden a reducir la temperatura de su superficie”, concluye Phillips.
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