sábado, 4 de junio de 2011

Tormentas de polvo explican la evolución de las galaxias ultraluminosas

Eduardo González Alfonso, profesor de la Universidad de Alcalá, es uno de los investigadores que han descubierto fuertes tormentas de polvo emergiendo de varias galaxias, un descubrimiento que explica la evolución de las galaxias más luminosas del universo local.

Las estrellas se forman a partir del gas y el polvo interestelar. Las corrientes observadas por estos investigadores a través del telescopio espacial Hershel de la Agencia Europea del Espacio (ESA) muestran cómo estas corrientes despojan a las galaxias de la materia prima que necesitan para formar nuevas estrellas, por lo que pueden detener la evolución de aquéllas que están ahora en proceso de formación.

Eduardo González Alfonso, profesor del Departamento de Física de la Universidad de Alcalá, forma parte del equipo liderado por Eckhard Sturm, del instituto alemán Max-Planck de Física Extraterrestre, autor principal del artículo que presenta este descubrimiento y que se ha publicado recientemente en The Astrophysical Journal Letters, que edita la Sociedad Americana de Astronomía. La participación de González en esta investigación ha sido la de construir un modelo teórico a partir de los datos obtenidos por Hershel para inferir la pérdida de masa de las galaxias y, en consecuencia, el tiempo requerido para que el gas sea totalmente barrido.

Hacía tiempo que se sospechaba que estas corrientes podrían tener la fuerza suficiente para despojar a las galaxias de gas, deteniendo el proceso de formación de estrellas a su paso, pero por primera vez se ha observado este fenómeno de manera inequívoca en una serie de galaxias. Herschel ha detectado vientos de una magnitud extraordinaria; los más rápidos soplan a una velocidad de más de 1.000 km/s, unas 10.000 veces más rápido que los huracanes terrestres, una potencia suficiente para detener la formación estelar en el núcleo de estas galaxias.

Las observaciones sugieren que estas galaxias pueden llegar a perder 1.200 veces la masa de nuestro Sol cada año debido a estos fuertes vientos. Esto sería suficiente para barrer todas sus reservas de gas en un periodo de entre unos millones y 100 millones de años. En otras palabras, alguna galaxia podría perder todo el material que le permite formar nuevas estrellas en tan sólo una decena de millones de años.

Estas corrientes podrían ser el resultado de la intensa emisión de luz y partículas de las estrellas más jóvenes, o de las ondas de choque generadas tras la explosión de las estrellas más viejas. Otras teorías sugieren que podrían tener su origen en la radiación desprendida por la materia que se arremolina alrededor de un agujero negro en el centro galáctico.

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(Foto: NASA, ESA and the Hubble Heritage Team (STScI/AURA)-ESA/Hubble Collaboration)
Los vientos de mayor intensidad parecen proceder de las galaxias que contienen los «núcleos galácticos activos» (AGN) más brillantes, en los que un agujero negro supermasivo engulle la materia que lo rodea. El doctor Sturm y su equipo están probando esta hipótesis en las otras galaxias que componen su estudio. Si su teoría es correcta, podría ayudar a explicar cómo se formaron las galaxias elípticas.

El profesor González también es el autor principal de un artículo que se publicó en 2010 en la revista Astronomy & Astrophysics, un trabajo que se va a convertir en un referente para el estudio de las propiedades de las galaxias en el universo temprano, que es objeto de creciente interés sobre todo por la pronta puesta en marcha del interferómetro ALMA. El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), actualmente en construcción en el desierto de Atacama de Chile, contará con 66 antenas de alta precisión funcionando juntas en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, con una posible extensión en el futuro. Gracias a su alta resolución y sensibilidad, ALMA abrirá una ventana totalmente nueva al Universo, permitiendo a los científicos desenmarañar misterios astronómicos importantes y de muchos años, explorando nuestros orígenes cósmicos.

lunes, 23 de mayo de 2011

Así fue la mayor tormenta del Sistema Solar

Científicos describen cómo una gigantesca borrasca, diez veces el tamaño de la Tierra, rodeó por entero Saturno.

Así fue la mayor tormenta del Sistema Solar

La atmósfera del planeta Saturno se muestra normalmente tranquila y en calma, pero una vez al año -ojo, un año de Saturno son treinta en la Tierra-, cuando la primavera llega al hemisferio norte de este mundo gigantesco, algo se agita profundamente bajo las nubes, provocandouna terrible tormenta como jamás hemos experimentado en el planeta azul. Esto es lo que ocurrió en diciembre de 2010, cuando los instrumentos científicos de la sonda Cassini de la NASA, en órbita alrededor del planeta, y un buen número de astrónomos aficionados detectaron una colosal borrasca que tiempo después alcanzó un tamaño diez veces superior al de la Tierra. Fue tan excepcional, tan grande, que algo ocurrido a 1.400 millones de kilómetros de distancia pudo ser visto con telescopios convencionales.
Así fue la mayor tormenta del Sistema Solar
NASA 
Imagen de la tormenta en Saturno
Ahora, el acontecimiento ha sido estudiado al detalle utilizando la cámara infrarroja del Very Large Telescope (VTL) del Observatorio Europeo Austral (ESO) en unión a las observaciones de la Cassini. Se trata de la sexta de estas tormentas terroríficas descubiertas desde 1876, y la primera en ser estudiada en el infrarrojo termal, para ver las variaciones de temperatura, y en ser observada por una nave en órbita.
«Esta alteración en el hemisferio norte de Saturno ha creado una gigantesca, violenta y compleja erupción de nubes brillantes, que se ha extendido para rodear todo el planeta», explica Leigh Fletcher, de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, autor principal del estudio.

En el fondo de las nubes

Por primera vez, los científicos han podido revelar las regiones oscuras de la atmósfera y medir los cambios importantes en las temperaturas y los vientos. La tormenta pudo tener su origen en el fondo de las nubes de agua donde un fenómeno similar al de una tormenta eléctrica impulsó la reacción. Al igual que el aire caliente sube en una habitación climatizada, esta masa de gas se abrió paso en la atmósfera superior deSaturno.
Algunas de las características inesperadas vistas por los científicos son las balizas estratosféricas. Se trata de cambios de temperatura muy fuertes en la estratosfera de Saturno, desde 250 a 300 kilómetros por encima de las nubes de la atmósfera inferior. El resultado, todo un espectáculo.

martes, 17 de mayo de 2011

La atmósfera de Titán podría haberse generado por impactos planetarios

Imagen de la atmósfera de la luna de Saturno, Titán. AP
La atmósfera de nitrógeno que rodea la luna de mayor tamaño del planeta Saturno, Titán, podría haberse generado hace cuatro mil millones de años por impactos planetarios producidos en el período de bombardeo intenso tardío, según un estudio publicado en la versión en la red de 'Nature Geoscience'.

Este descubrimiento explicaría la peculiaridad de la atmósfera de la luna Titán, inusualmente gruesa para un cuerpo planetario de temperatura media.

Investigadores de la Universidad de Tokio dirigidos por el experto Yasuhito Sekine investigaron esta formación de nitrógeno en la atmósfera de Titán mediante experimentos con una pistola de rayos láser.

Los impactos de los rayos láser convertían amoníaco congelado -formado por tres átomos de hidrógeno y uno de nitrógeno- en nitrógeno y eso permitió a los estudiosos deducir que Titán podría haber adquirido su atmósfera de nitrógeno en un proceso similar.

Según los expertos, si éste fue el mecanismo responsable de la formación de la atmósfera de Titán, la fuente del nitrógeno de esa luna es diferente de la que formó la atmósfera de la Tierra, que está compuesta en su mayoría por este mismo gas.

En un artículo que acompaña al estudio, la profesora Catherine Neish de la Universidad Johns Hopkins (EEUU), afirma que la investigación de la Universidad de Tokio propicia con estas hipótesis un marco para futuras investigaciones.

viernes, 6 de mayo de 2011

Titanomyrma lubei, una hormiga gigante que atravesó el océano Ártico

La hormiga gigante descubierta en Wyoming era tan grande como un colibrí. Bruce Archibald
Hace 50 millones de años había hormigas que eran tan grandes como los colibríes. Por lo menos las de la especie Titanomyrma lubei, que medían 5 centímetros de longitud.

Un equipo de investigadores de la universidad estadounidense Simon Fraser ha descubierto el fósil de uno de estos ejemplares en un antiguo lago de Wyoming (EE.UU) y han publicado su trabajo en la revista Proceedings of the Royal Society B.

Además de ser el fósil más grande que se ha encontrado de una hormiga, según recoge Livescience, los científicos han determinado que estos insectos gigantes pudieron cruzar desde Europa hasta América del Norte, o viceversa, a través del Ártico.

Y lo hicieron, sugieren los investigadores, a través de los puentes de tierra que unían los continentes, durante uno de los periodos particularmente cálidos en la historia de la Tierra, en los que "se podría haber caminado desde Vancouver hasta Londres por tierra firme", señala Bruce Archibald, responsable de la expedición.

La clave, señalan los científicos, fueron estos periodos de tiempo -relativamente breves- en los que la temperatura subió lo suficiente como para hacer transitable el Ártico, aunque los biólogos no están seguros de dónde comenzó el viaje, si en Europa o en América del Norte.

Sus restos son muy similares a otros fósiles de hormigas localizados en Alemania y en la isla de Wight, al sur de Inglaterra, que datan del mismo periodo.

En esta ocasión "tenemos el fósil de una reina, pero no hemos localizado el de ningún obrero", indica Archibald, una muestra de una "hormiga monstruosamente grande".

sábado, 23 de abril de 2011

Marte tuvo una atmósfera más gruesa y polvorienta que la actual

El Orbitador de Reconocimiento de Marte (MRO por sus siglas en inglés) ha descubierto depósitos de hielo seco en el Polo Sur con grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) lo que sugiere que la capa que envuelve a Marte podría haber tenido mayor grosor y polvo en otra época.

“El CO2 de la atmósfera de Marte se concentra de forma cíclica en sus polos y después vuelve a liberarse a la atmósfera en períodos de unos 100.000 años”, explica a SINC Roger J. Phillips, autor principal del estudio e investigador del departamento de Ciencias Planetarias y de la Tierra de la Universidad Washington (EE UU). “En este momento nos encontramos en la mitad del período, con un descenso de la masa polar”.

Hasta ahora, los científicos pensaban que el Polo Sur del planeta rojo estaba formado casi completamente por agua y que una capa de hielo seco formado por dióxido de carbono (CO2) cubría la parte superior. Pero la nueva investigación, que publica Science, revela que esta zona alberga 30 veces más de este tipo de hielo de lo que se pensaba.

Estos datos sugieren que la atmósfera de Marte en otro tiempo fue más gruesa y polvorienta, y que podría haber albergado más agua en estado líquido de la que tiene actualmente.

Cuando el CO2 se libera, coincidiendo con una elevada inclinación axial, sus reservas aumentan la masa atmosférica hasta un 80%, lo que provoca tormentas de polvo más intensas
y frecuentes. Además, este fenómeno favorece la creación de más zonas donde el agua en estado líquido se mantiene sin hervir.

 El descubrimiento ha sido posible gracias a los datos extraídos por el MRO. El sistema de radar de esta nave ha permitido medir la profundidad y el grosor de los depósitos de hielo, así como confirmar las grandes cantidades de dióxido de carbono atmosférico atrapadas en el hielo.

La atmósfera marciana es muy diferente a la terrestre, donde no se condensa este gas. “La presencia del doble de CO2 en Marte aumenta el efecto invernadero, aunque se compensa con capas polares mayores y más gruesas, que tienden a reducir la temperatura de su superficie”, concluye Phillips.

domingo, 17 de abril de 2011

Olas de más de 50 metros chocaron contra la costa de Tenerife

Olas de más de 50 metros chocaron contra la costa de Tenerife
Investigadores de diversos centros han identificado por primera vez los depósitos de un tsunami asociado al colapso del edificio volcánico de Las Cañadas, anterior al actual Teide, ha informado a Efe Mercedes Ferrer, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

Mercedes Ferrer ha explicado que los grandes deslizamientos prehistóricos ocurridos en la isla de Tenerife habrían provocado tsunamis con grandes olas chocando contra las costas del archipiélago.

Los depósitos dejados por algunos de esos tsunamis aparecen en Teno, y hasta ahora los datos apuntan a que estuvieron provocados por la entrada en el mar de deslizamientos asociados a erupciones explosivas.

Los materiales depositados por las olas recubren en gran parte las coladas de lava que forman la plataforma de Teno, en la zona noroccidental de Tenerife, llegando los afloramientos hasta casi un kilómetro tierra adentro.

En base a estos datos y a la variación en la cota del nivel del mar, puede estimarse que las olas alcanzaron al menos una altura de 50 metros, añadió Mercedes Ferrer, quien ha señalado que los depósitos se han conservado gracias a su litificación y a que aparecen prácticamente en su totalidad cubiertos por un potente nivel de suelo arcilloso.

También en Agaete (Gran Canaria) hay depósitos de tsunami que se están estudiando y datando, para investigar su edad y origen.

La presencia de este tipo de depósitos en las islas es algo excepcional por las características abruptas de sus costas, que impiden el depósito de materiales arrastrados por las olas, ha destacado Mercedes Ferrer.